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Aficionada fallece tras un pelotazo en un juego de los Dodgers

Una aficionada falleció tras recibir un pelotazo de foul en el Dodger Stadium.

Bien dicen que cuando te toca ni aunque te quites, y cuando no te toca ni aunque te pongas. Esta triste noticia sucedió el año pasado, cuando una aficionada asistió a celebrar sus cumpleaños a un partidos de los Dodgers de la MLB, todo el festejo iba bien, hasta que una pelota se impactó en su cabeza y cuatro días después falleció por el golpe.

Aunque el accidente fue hace un año, esta información fue revelada hace algunos días, el medio ESPN tuvo acceso a la autopsia de la víctima y publicó que tras el golpe, el cerebro de la mujer se agitó mucho y le provocó la muerte.

Los hechos sucedieron el 25 de agosto de 2018, cuando Linda Goldbloom de 79 años, acudió al estadio de los Dodgers a festejar su cumpleaños y su aniversario bodas número 59, el pelotero Kenly Jansen realizó un lanzamiento de 93 millas por hora que fue impactado a hacia la tribuna por un jugador de los San Diego. La bola se fue foul e impactó en el rostro de la mujer.

En un principio, pensaron que la pelota había pegado en el cachete, pero en el hospital les informaron que afectó el cerebro: “La pelota se acercó y la golpeó en la cabeza. Primero pensé que le había pegado en el cachete, pero el doctor dijo que el cerebro (de Linda) se había agitado bruscamente”, dijo su esposo Erwin Goldbloom.

Linda falleció cuatro días después del incidente en el hospital a causa de una hemorragia intracraneal aguda debido a antecedentes de traumatismo por fuerza brusca.

Ante tal situación, los Dodgers informaron que habían arreglado la situación con la familia, pero no revelaron si habían otorgado alguna especie de compensación económica. “Nos sentimos profundamente tristes por este trágico accidente y el fallecimiento de la Sra. Goldbloom. El asunto se resolvió entre los Dodgers y la familia”.

Se trata de la primera vez en 50 años que se produce una muerte por este tipo de accidente en las Grandes Ligas, el último sucedió en 1970, también en el Dodger Stadium cuando un niño de 14 años fue golpeado por una bola de foul.

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