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Así se hizo la Copa del Mundo

Mira el procedimiento que usa la compañía Bertoni para crear el trofeo más codiciado del futbol

Si lo vemos desde la calle, este edificio de paredes rosas parece una construcción industrial cualquiera. Las ranuras entre los tabiques tienen manchas de humedad y algunos ladrillos incluso se encuentran desgastados debido al paso del tiempo. No parece nada especial. Sin embargo, dentro de esta fábrica localizada en Paderno Dugnano, Milán, se crea el que es el premio más importante en el mundo del deporte: la Copa del Mundo.

Los pisos están sucios, llenos de gotas secas de pintura, cajas, bolsas y espuma de embalaje, un material resistente a la humedad que se usa para proteger las superficies más delicadas de equipos electrónicos, muebles, productos metálicos y obras de arte. Sin embargo, para la empresa GDE Bertoni, es el maternal donde se encuentran sus amados “hijos”.

Metida en esta edificación, la compañía llamada Bertoni planea, imagina, diseña y realiza la fabricación mundial de copas, medallas y trofeos, entre los que se encuentran el premio otorgado al ganador del Mundial y la “Orejona” de la Champions League, teniendo en la figura del Dr. Eugenio Losa, su fundador y mente maestra detrás de las condecoraciones más buscadas por los equipos y las selecciones.

Contrario a lo que se podría pensar, ellos no dan el premio original, el cual fue creado por el artista Silvio Gazzaniga (1921 – 2016) para la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) y es de su propiedad, sino que proveen una copia idéntica que es donada a la federación ganadora de cada torneo.

El trofeo tiene un peso de 6 kilos 175 gramos y cinco kilogramos de oro sólido de 18 quilates con el espacio para tallar a los ganadores del Mundial hasta 2038 y actualmente está valuada en aproximadamente 250 mil dólares.

Desde el molde hasta la fundición y vuelta a la fábrica, la copa en crudo es progresivamente pulida en varias fases mecánicas (modeado, cepillado y posterior pulimiento) y trabajo manual (cincelado y  un poco de soldadura), por el experto artesano, incluso un galvánico baño para un desengrasado ultrasónico. Todo con el objetivo de conseguir el famoso brillo.

Finalmente, la nueva copa es limpiada y secada antes de ensamblar definitivamente la copa con la base y darle un último barniz. Después del asombroso proceso, el trofeo está listo para su viaje. Es hora entonces para el equipo de Bertoni de crear las medallas. La victoria nunca duerme“, informa la página revistalibero.com. Y tienen razón…

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