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Yo quise aprender el revés de Roger Federer

Y reafirmé mi admiración por él en el juego que brindó en la Plaza de Toros México
Roger Federer, un inmortal del tenis. (Foto: The Greatest Match)

Yo quise aprender el revés de Roger Federer. Guardaba los videos en slow. Miraba los partidos en la televisión siguiendo al jugador, no a la pelota.

Por: Oscar Oramas

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La flexión de piernas, pasos de ajuste, puntas, el codo a 90 grados, empuñadura eastern, preparar por dentro del cuerpo, la mano izquierda en el aro, timing, la vista fija en la bola al momento de impacto, de abajo a arriba, pegar adelante del cuerpo, el brazo derecho extendido, el brazo izquierdo en espejo y pasos laterales de regreso en centro de la cancha. Cruzado, paralelo, plano, con top al side T. Tantos detalles. La misma preparación para el slice. Y como corre la bola. Tantas ventajas.

Me salía uno de diez. Pero estamos en esto por el arte y ya dijo Andy Roddick: “Siento que sé cómo debe haber sido ver a Picasso”. En algo tiene razón: la constante innovación, el talento y extender los horizontes de la disciplina. Yo lo relaciono con Michelangelo por el preciosismo técnico y su consecuente ideal estético.

“Si ya tienes el revés a dos manos, ¿por qué lo quieres cambiar?”, me decía mi pareja de juego. Que estoy en esto por el arte.

Pero hay cosas que se aprenden mejor de niño. Dejé de intentarlo, me resigné a mi revés a dos manos, seguro, a medio gas, conservé algo del slice y varias ideas del juego mental muy útiles para la vida. Ahora llega esta oportunidad.

Federer en Latinoamérica del 19 al 24 de noviembre. Santiago, Buenos Aires, Bogotá, Ciudad de Mexico y Quito. Aquí, organizado por Mextenis, siempre bien averiguados. Las ganancias a su Fundación, a seguir ayudando. Viene con Zverev, de Next Gen a Top 10, los históricos Bryan enfrentando a la pareja mexicana González y Reyes-Varela.

Roger Federer en su visita a México. (Foto: The Greatest Match)

La México hasta la bandera, imponente, yo en el burladero armado con la cámara, la pila al 100, el lente largo como un pro y ahí está. El Maestro suizo a sus 38 años, 103 títulos, 20 grandes, 28 Masters 1000. Lo tengo a unos pasos. G.O.A.T.

Flota. El eterno bailarín. Qué maravilla. Envuelto en nochebuenas, al Son de la Negra. Pongan todos los clichés que quieran, para él los inventaron.

La Plaza se dejó sentir: garnachas, la ola, cojines de a 20, hay binoculares y muchos gritos: te amo Roger, yo te amo más, Roger cásate con mi hermana, eres un Dios cabrón, y también aventaron cojines, era una pachanga lejos de las formalidades de los partidos oficiales. Y Roger aventó cojines, bailó y nos dieron una tarde fantástica.

Al final, ya ensombrerados, dijo: “tardé veintitrés años en regresar a México, ¡qué error!

(Foto: The Greatest Match)

Que siga comiendo chocolates.

Mañana me pongo mi vieja gorra RF y lo intento de nuevo. Por el arte.

Y por si te lo perdiste:

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