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Entre carencias, así viven africanos en el futbol mexicano

Africanos llegan al futbol mexicano para vivir en carencias, equipos que no les pagan y promotores que se enriquecen.
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Hace tres años me sorprendió ver en la alineación de un equipo de Segunda División a un africano. De inmediato busqué en los registros de la FMF su nombre: Fredrick Ogangan, futbolista de 21 años nacido en Nigeria y lo que más me llamó la atención fue que ya tenía recorrido en el futbol mexicano. En ese momento estaba registrado con los Chapulineros de Oaxaca, pero antes ya había jugado para el Tampico Madero (Segunda División) y Delfines del Carmen (Ascenso MX). En todos los equipos sumó pocos goles, su principal dificultad: no hablar español.

Era de los jugadores que más ganaba, su pobre actuación le sirvió para ir a jugar a los Estados Unidos y después fichar por el equipo filial del Veracruz, ¿cómo le hace? Tendríamos que ser tontos para no darnos cuenta que tiene un buen representante, pues con dificultad del idioma no podría negociar un contrato. Bastó con googlear su nombre y entrar a Youtube, un canal que lleva como nombre Gerrardo Montanez tiene seis videos con las mejores jugadas de Ogangan. Justo es Gerardo Montañez (quien trabaja con un promotor argentino), su representante por tres años y quien le consiguió jugar en el futbol mexicano.

En julio de 2017, Fredrick Ogangan consiguió nuevo equipo en El Salvador. Esto se debió a que el futbolista cambió de representante, ahora es la empresa LEDD Agency quien se encarga de colocar al futbolistas en Centroamérica y quien hizo que firmara para el Municipal Limeño, donde en su primer torneo consiguió anotar en seis ocasiones y asistir en dos oportunidades.

Esta es tan solo una de tanta historias de africanos que han llegado a México por promotores, sin hablar español, unos corren con más fortuna que otros.

Otro caso más es el de Jacob Akrong, futbolista nacido en Ghana, quien juega para el Atlético Zacatepec y llegó a México por invitación del hijo del dueño. Patricio Arana lo vio en España y lo llevó a probarse. En un principio no tenía un sueldo, vivía en la casa club y entre todos sus compañeros se cooperaban para tuviera un poco de plata para sobrevivir.

En su primer torneo se ganó un lugar en el club, se convirtió en titular en la defensa central y hasta referente ese un posición, todo ayudó para que pudiera negociar y conseguir un mejor contrato. Ahora, tiene mayor confianza, en el actual torneo suma dos goles de disparo de media distancia, convive con la afición y es de los jugadores que menos se pasea por Morelos a “fantochear”.

Ahora va una historia de terror. Esto sucedió en la Liga de Ascenso MX y aún no sabemos cómo terminó la historia.

Francis Afriyie, llegó a nuestro país en enero del presente año para incorporarse como nuevo futbolista de Murciélagos de la Liga de Ascenso MX. El africano tenía la ilusión de sobresalir en el futbol mexicano y por eso firmó contrato por dos años. Recibió su primer pagó de 500 dólares y después no vio ni un solo peso más durante los cuatro meses que jugó para el club.

Afriyie es un futbolista de 23 años nacido en Ghana, antes de llegar a sufrir a México jugaba para el Vojvodina de la Liga de Serbia. El caso de este jugador se destapó hasta que concedió una entrevista donde reveló las carencias con las que vivía. “Le hablé al presidente y le dije que por qué no me pagaba; por qué me tenía sufriendo; por qué no tenía comida; por qué estaba en un cuarto; por qué no me mandaba a mi país. Le dije que me pagara y me iba”, comentó.

Su representante, Adolf Mendoza, era quien le mandaba dinero para que pudiera comer, para lo único que le alcanzaba era para papas y refresco de cola. No podía pagar una renta y fue un trabajador del equipo quien se compadeció y le prestó un cuarto en su casa, pero ahí no terminó todo.

En un partido donde su equipo enfrentó al Atlante en Cancún, Francis Afriyie recibió un golpe en la cabeza por parte del defensa rival, el impacto lo dejó inconsciente por lo cual tuvo que ser retirado del terreno de juego y los trasladaron a un hospital. Cuando despertó estaba en un nosocomio solo y sin dinero. Nadie de la directiva le llamó para preguntarle su estado de salud, no pudo comprar los medicamentos para bajar la inflamación.

Lo último que se supo fue que había contactado a unos abogados para que le ayudaran a conseguir su pago, su objetivo regresar a su país y dejar de sufrir…

Estas son tres historias de africanos que han llegado a México por azares del destino, algunos corren con suerte, unos más terminan sufriendo por conseguir su sueño de jugar futbol y otros funcionan como un productor para promotores que solo buscan generar ganancia con ellos.

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