En el futbol nos dejamos llevar por la lógica sin pensar que en la cancha se paran el mismo de jugadores, aunque algunos con más talento que otros. Pero si algo nos ha dejado este Mundial es que los “grandes” han sido alcanzados por los “pequeños y los partidos tienen que jugarse. Afortunadamente la boca se ha equivocado.
En el Grupo B, imperaba la idea que España y Portugal dominarían y que solo nos sentaríamos esperar en qué lugar se colocarían. Descartamos, por default, a Irán y Marruecos. Cachetada con guante blanco. Lucharon y dejaron una gran impresión.
La Selección Española llegaba obligada ante Marruecos. Sus figuras lo obligaban. El eterno cliché: David contra Goliat.
Rápido comenzaron las acciones Khalid Boutaïb, aprovechó un error de Sergio Ramos y definió ante la salida de David De Gea para poner 0-1 el partido a favor de Marruecos.
No le duró mucho el gusto y minutos después Andrés Iniesta hizo una excelente jugada por la banda derecha, cedió para Isco quien definió para empatar el cotejo.
La primera parte culminó con empate a uno, para la segunda parte Marruecos salió decidido a hacer la proeza para dar el resultado histórico. Consiguió el gol, pues En-Nesyri se alzó en un tiro de esquina y remató poner el 1-2 a su favor.
Cuando parecía que los marroquíes le ganaban a España apareció Iago Aspas y definió para empatar el juego en el tiempo agregado del partido.
Así terminó el juego, con este resultado España enfrentará a Rusia en los Octavos de Final de la Copa del Mundo. Mientras Marruecos se despide del evento.