El día que nadie quería que llegara por fin se hizo presente. El Mundial de Rusia 2018 salía a escena por última vez por con el partido más esperado de todos: Francia vs Croacia. Los dos protagonistas saltarían a la cancha buscando la gloria eterna, pero antes había que disfrutar de la fiesta que el comité organizador de la Copa del Mundo preparó. Todo un espectáculo de luces, artistas políticos y música.
El Estadio Luzhniki, abarrotado con 80 mil personas, disfrutó del ambiente que le puso con su ritmo el reggaetonero Nicky Jam, show al que se unió minutos después se unió la cantante Era Istrefi y el carisma de Will Smith, que hicieron parar de su asiento a todos los asistentes.
(Imagen: Getty Images)
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Por supuesto, los altos mandos de la FIFA, los países protagonistas y del anfitrión no podían faltar a la gran fiesta. Gianni Infantino estuvo acompañado de Emmanuel Macron, presidente de Francia, y Kolinda Grabar-Kitarovic, presidenta de Croacia. E incluso hubo varios saludos entre los mandatarios.
Una de las grandes sorpresas de la fiesta de clausura fue la aparición de Ronaldinho, el jugador que simboliza la alegría del futbol. Al ritmo de tambores, el astro brasileño hizo bailar a todos, provocando la misma sonrisa que cuando jugaba.
Para cerrar la fiesta, apareció el gran Philipp Lahm para entregar la Copa del Mundo que él levantó en Brasil 2014 con Alemania. Fue el momento de despedirse del máximo trofeo que puede dar el balompié.
(Imagen: Getty Images)
Con todo listo solo faltaba saber qué selección alzaría la Copa más deseada de todas. 90 minutos después, Francia fue más que Croacia y Hugo Lloris levantó el trofeo al cielo, junto al grito unísono de campeón de todos de sus compañeros.
Aquí el objeto de deseo más grande en el futbol.
(Imagen: Getty Images)