Por muchos años Cruz Azul se dedicó a traer todo tipo de jugadores. Desde los Alemao y Biancucchi, hasta los Amaranto Perea y Cristian Riveros. La Máquina, como todo club, ha tenido fichajes buenos y malos, rentables y fiascos, como todos. Pero los problemas extra cancha mancharon la historia de la institución e hicieron que los aficionados se desesperaran y atribuyeran esos conflictos administrativos en el infortunio paso de su equipo en el terreno de juego.
Quizás sea válido precisar que la última “mala decisión” fue Walter Montoya. El mediocampista argentino llegó a México con muchas expectativa, pues su currículum era prometedor. Salió de Rosario Central tras varias temporadas en óptimo nivel. Después pasó al Sevilla de España donde todos creyeron que iba a terminar de explotar. Pero los pocos minutos mermaron en su confianza y aún así la directiva celeste, entonces comandada por Yayo de la Torre, le dio una oportunidad.
Para el 30 de diciembre de 2017, Cruz Azul tenía nuevo “10”. Su calidad hizo pensar que estábamos a la vista del jugador que cargaría con el peso ofensivo del equipo. Y entonces pasaron los partidos y esa emoción se esfumó. Y hoy tiene pie y medio fuera del club cementero.
Walter Montoya en uno de los pocos festejos que pudo hacer con Cruz Azul. (Imagen: Getty)
Cruz Azul decidió poner transferible a Walter Montoya y Andrés Rentería. Un subcampeonato más caló en lo más hondo de los cruzazulinos. El futbolista argentino hoy está en la mira de Rosario Central, club que busca su regreso para que retome su nivel.
El representante del jugador, Daniel Luzzi, confirmó que intentará repatriar a Walter aunque sea a préstamo.
“Le quedan tres años de contrato en Cruz Azul. Estamos comenzando negociaciones para ver si puede salir pero no será fácil. Con tantos años por delante es difícil una venta. Intentaremos conseguir un préstamo“, aseveró Lizzi en entrevista para La Oral Deportiva.
Con 25 años, Walter Montoya puede tener una revancha con el futbol. Y qué mejor forma de hacerlo que con el club de sus amores. Lo único que falta es que las negociaciones lleguen a buen puerto para todas las partes involucradas.
