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Tackle: diseñador de modas y luchador

Tackle tiene 22 años, mide 1.68 y pesa 127 kilos. Con la máscara puesta demuestra rudeza pero al desprenderse de ella su rostro pueril lo delata. Desde pequeño ha tenido...

Tackle tiene 22 años, mide 1.68 y pesa 127 kilos. Con la máscara puesta demuestra rudeza pero al desprenderse de ella su rostro pueril lo delata. Desde pequeño ha tenido claras su metas: ser luchador y terminar una carrera. Está a punto de lograrlo.

Vive en la Colonia Guerrero, uno de los barrios más populares y antiguos de la Ciudad de México. Viajamos montados en una motoneta, en el transcurso Tackle saluda a un par de personas que se encuentra en el camino. Probablemente lo conocen desde chico y lo vieron jugar en el parque que está frente a su casa.

“Me gustaba jugar futbol pero nunca fui bueno, si me metían cuerpo me enojaba y terminaba peleándome”. Desde niño fue apasionado al deporte y al trabajo. Cuidaba un brincolín y cuando no había clientes se subía y practicaba algunos saltos. Tal vez por ese motivo no le cuesta trabajo volar desde la tercer cuerda.

Mientras platicamos, la madre de Tackle está a un lado sentada en un sillón custodiando que las palabras del joven luchador sean las correctas. Ella ha vivido y apoyado la carrera del más pequeño de sus tres hijos.

Su casa está abarrotada de recuerdos de fiestas, vasos y fotos, pero entre toda la decoración resaltan máscaras y muñequitos de Tackle, parte del merchandising que lleva a cada una de sus luchas. No es un secreto que los sueldos de los luchadores sean bajos y tengan que ayudarse vendiendo productos con su imagen.

A pesar de su corta edad, se ha enfundado en dos personajes más: Máquina Infernal y Dragoncito de Oro. A los 11 años comenzó a practicar con Sepulcro, pero una operación en el apéndice y el desmadre adolescente lo alejaron por un tiempo de la lucha libre.

Los recuerdos aparecen como ráfagas que mutan en palabras e interrumpen la charla. Le cuesta trabajo recordar algunas fechas pero uno de los momentos más importantes de su carrera se dio cuando entrenó con Pierrothito. Ahí comenzó la verdadera exigencia. Lucha a ras de lona y resistencia fueron las mayores enseñanzas que el luchador mini le dejó.

A los 18 años consiguió su licencia como luchador profesional, casi a la par inició la carrera de diseñador de modas. El diseño es su otra pasión, se dio cuenta cuando su madre bordaba una servilleta: quiso imitarla y ya no paró. De hecho, su máscara favorita la confeccionó él: le colocó una por una las lentejuelas. “Esta la uso para entrevistas y eventos especiales”, señala el luchador mientras sostiene su obra maestra con la mano.

“Estoy consciente que la lucha no es un negocio y por eso me respaldo, quiero hacer una marca y abrir aquí en mi casa un taller para reparar ropa”. En septiembre culmina la carrera y este mismo año quiere ingresar al CMLL. Ya está muy cerca, ya entrena con Virus en la Arena México y está a un paso de las “grandes ligas”.

Los luchadores son dos personas a la vez: una arriba y otra abajo del ring. Arriba hay que ser empático, la fama de un gladiador depende, en su mayoría, de la relación que tenga con el público. Si no le generas nada al “respetable” tu carrera peligra. Tackle siempre sorprende: nadie espera sus espectaculares vuelos. Abajo hay que despojarse del personaje y ser el mismo de siempre.

Tackle ha llevado la “doble personalidad” a su vida diaria: luchador y diseñador, no prefiere ninguna, los dos oficios lo apasionan. Jamás dejaría una para hacer la otra. Sabe que la carrera como luchador terminará antes que su carrera como diseñador, pero no quiere pensar en eso. Por ahora solo está en su mente llevar al ring de la Arena México los mortales que de niño realizaba en el brincolín.

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