El regreso del Novak Djokovic

Novak Djokovic ganó Wimbledon y se mete a la pelea de los títulos con Federer y Nadal
(Imagen: Getty)

Uno de los eventos que pasó desapercibido por la final del Mundial de Rusia 2018 fue la final del torneo de tenis más tradicional del mundo: Wimbledon. Tal vez tampoco ayudó que ni Roger Federer ni Rafael Nadal hayan llegado hasta la última ronda. No obstante, para Novak Djokovic, verdugo de Nadal en semifinales implicó su regreso a lo más alto del tenis tras dos años plagados de decepciones y derrotas.

Fue precisamente en Wimbledon, hace dos años, que Novak Djokovic se sumergió en una espiral de malos resultados. Perdió en la tercera ronda del torneo contra Sam Querrey. Empezaron rumores sobre su vida privada y los triunfos eran cada vez más escasos. Para el final de 2016, Nole había perdido el primer lugar del ranking de la ATP. En busca de la chispa pérdida, Djokovic comenzó un proceso en el que no se establecía con ningún entrenador. Pasó de un motivador como Pepe Imáz a un ex jugador consagrado como Andre Agassi.

(Imagen: Getty)

Sin embargo, Djokovic no era ni la sobra de lo que había sido. Tras ganar el US Open en 2016, no había vuelto a levantar un trofeo de los cuatro grandes torneos del tenis. La devolución -de las mejores del circuito- no era como antes, su saque no era tan preciso, su revés había perdido veneo y su drive no encontraba los ángulos ni la potencia. Por si fuera poco, una lesión en el codo lo lastró en 2017, impidiendo que el otrora número 1 pudiera pelear por recuperar el trono.

Tenía dudas de si podría volver al nivel anterior.

Sin rumbo y lejos del protagonismo, Nole decidió que lo mejor era volver a lo que lo había hecho triunfar. Volvió con su entrenador de toda la vida, Marián Vajda. Poco a poco, Djokovic fue recuperando su físico, su tenis, pero sobre todo, su fuerza interior y su fortaleza mental. Ese Djoker (en referencia al Joker, el villano de Batman) que con su extrovertida personalidad y su tenis demoledor lo había ganado todo, volvió a aparecer el domingo en el All England Club, en Wimbledon. 

El domingo, Djokovic derrotó al sudafricano Kevin Anderson en la gran final de Wimbledon. Con parciales de  6–2, 6–2, 7–6 (3), el serbio derrotó al verdugo de Roger Federer en los cuartos de final. En un partido que pareció terminar en media hora, Nole no tuvo mayores problemas para imponerse a un rival que había jugado un maratónico partido de más de seis horas en semifinales contra John Isner. Pero Djokovic desplegó un tenis sólido, con su revés cargado de efecto, su drive preciso, la devolución recordando a la de antaño y dominando con su saque. Dio la impresión que el Djoker se coronó el sábado que derrotó a a Rafael Nadal, en la que ambos brindaron un tenis titánico.

“Tengo que creer en mí mismo”, declaró Djokovic tras alzar el trofeo de campeón de Wimbledon. “Doy las gracias a mi equipo que me ha apoyado los dos últimos años. Tuve una operación y no sabía qué esperar. Tenía dudas de si podría volver al nivel anterior. Wimbledon era el mejor sitio para regresar. De pequeño soñaba con tener este trofeo y es muy especial”.

Djokovic está de regreso. Con su Grand Slam número 13, Nole buscará volver a meterse en el duopolio de Federer Nadal.  El circuito de la ATP extrañaba a su Djoker. Es bueno tenerlo de vuelta.

 

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