Cuando a las 12 horas del próximo 16 de febrero de 2019 se escuche el silbatazo inicial en la cancha de C.U, habrán pasado exactamente 69 días desde que América y Pumas se vieron las caras por última vez. Sí, más de dos meses desde aquel trágico 6-1 que las Águilas le metieron al equipo del Pedregal en el Estadio Azteca durante las Semifinales del Apertura 2018. Desde ese 09 de diciembre, ambos equipos tomaron rumbos muy distintos y en este nuevo enfrentamiento el equipo que tiene mucho más que perder, sin duda, es el universitario.
Pese a que un nuevo torneo se puede entender como un “borrón y cuenta nueva”, la realidad es que desde diciembre Pumas está muy dañado y las consecuencias aún se sienten, la salida de David Patiño es el mejor ejemplo. Lo peor para el equipo felino es que este domingo pueden recibir otro duro golpe en el orgullo por parte de su rival más grande, mismo que durante la ventana de transferencias se encargó de darles una nueva cachetada, fichando a quien fuera su último gran jugador: Nicolás Castillo.
El cuadro universitario necesita del triunfo para poder liberarse un poco de la presión que dejó esa derrota en la Liguilla pasada, pero sobre todo lo requiere para tomar venganza y demostrar que le dieron vuelta a las páginas de la derrota y la contratación de Castillo. A pesar de ser un partido de la Jornada 7 de la temporada regular, este encuentro puede ser un parteaguas para el resto de la campaña universitaria.
Por su parte, América está en una condición muchísimo más cómoda. Si gana, podrá regocijarse nuevamente de un rival muy herido. Podrá recordar lo sucedido hace unos meses, el fichaje de Nico y un nuevo triunfo. Un combo total. Sin embargo, si pierde, puede tener la tranquilidad de decir “es un partido más”, otro encuentro de temporada regular que, en estos momentos, no es ni decisivo para acceder a la Liguilla.
Sin embargo, América tampoco puede salir confiado a la cancha de Ciudad Universitaria. Pumas quiere terminar de manera definitiva el yugo actual americanista y nada mejor que hacerlo en su casa y con su gente. En el lugar que más fuerza les puede dar.
Sí, este juego será de una Jornada 7 que, de bote pronto, no lucía con demasiada importancia, pero que para ambos protagonistas deben tomar con una seriedad mayúscula de cara a su futuro inmediato.
¿Quién podrá salir con el brazo en alto?