Un futbolista está más preocupado por peinarse que por jugar

Según José Saturnino Cardozo, los jugadores profesionales perdieron el amor al futbol
Imagen: Getty

Varios futbolistas mexicanos no han dejado los reflectores, aunque no precisamente por sus actuaciones dentro de la cancha. Tanto afición como exfutbolistas y periodistas han criticado mucho la negativa de Carlos Vela, Javier “Chicharito” Hernández, Jesús “Tecatito” Corona y Héctor Herrera de acudir al llamado de la Selección Mexicana, pues consideran que no le dan el valor que merece el defender los colores de nuestro país.

Pero al parecer algo similar pasa en el balompié. Después de su salida de Chivas, José Saturnino Cardozo no ha dejado de criticar la manera en que los futbolistas desarrollan su carrera. Siguiendo con la misma línea, ahora aseguró que los jugadores ya le perdieron el amor a este deporte.

“El gol no llega por casualidad, si no hay repetición dentro de la semana, no va a ser fácil. El éxito lo alcanza a aquel ser humano que ama su profesión, que trabaja, se ha perdido el amor al futbol, el futbolista está preocupado de otra cosa, no solamente en México en todos lados”, resaltó el director técnico en entrevista con Fox Sports.

El exgoleador del Toluca se define como un líder exigente, que le gusta que sus jugadores saquen todo su potencial, sin embargo, considera que son los mismos atletas quienes ya no tienen el interés por seguir practicando para evitar errores en los partidos o para mejorar su técnica.

“Yo quiero dejar siempre una escuela en el jugador. Soy muy exigente porque veo el talento que tiene, pero él no se preocupa del talento que tiene porque termina el entrenamiento y se van, se olvidan de repetir un centro, un mano a mano, no tenemos mucho tiempo para trabajar, por eso necesitamos que el jugador se preocupe por él y que así el mismo va a crecer profesionalmente”, señaló.

José Saturnino Cardozo lamentó que los futbolistas actualmente se dejen llevar por las redes sociales o lo que pueden ganar fuera de la cancha, contrario a lo que pasaba con su generación.

“Un día perdimos un partido y cuando ya salí, el jugador tenía el teléfono en la mano; yo no agarro el teléfono ni cuando pierdo ni cuando gano, amo tanto esta profesión que me preocupan los detalles. El entorno, porque hoy el futbolista tiene muchas distracciones con cualquier cosa, cuando un jugador hace dos goles llega con cinco amigos o conocidos al entrenamiento, entonces la distracción te lleva a perder el piso”, criticó.

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