Nacho Trelles: el maestro del juego sucio en México

Ignacio Trelles es un entrenador histórico en México, pero también una persona que propuso el juego sucio en sus equipos.
Ignacio Trelles Entrenador (Foto: Los Pleyers)

De niño, en su vocabulario nunca estuvo el futbol, los deportes que practicaba eran el basquetbol, frontón y atletismo. Aquellos que suponen que Ignacio Trelles nació con dotes para el futbol se equivocan. Vio la luz en Guadalajara, pero junto con su familia emigró a la Ciudad de México, su padre buscaba una nueva oportunidad laboral, ya estaba cansado de reparar los postes de luz, porque los insurrectos colgaban ahí a los muertos.

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Horas y horas en viaje por tren y cuando el transporte llegó a Buenavista vio por primera vez una cancha de futbol, la intriga lo llevó a practicar el futbol, pero también a aprender marrullerías que después utilizaría para inculcar un juego sucio a sus equipo.

En 1950, dos años después de retirarse del futbol por una fractura. Nacho Trelles comenzó su carrera como entrenador, su primera aventura fue con el Zacatepec, un equipo que tomó en la Segunda División. Aquí puso en practica todo aquello que le sirviera para ganar ventaja, aunque esto pusiera en peligro al equipo rival.

Aunque muchos lo ven como una estrategia, seamos sinceros, hacer algo en contra del equipo rival para darle desventaja es juego sucio, porque no están en igualdad de circunstancias y no pueden competir de igual a igual. La FIFA le llama Fair Play y la Liga MX lo usa como “juega limpio, siente tu liga”.

En el Ingenio Azucarero, Trelles tomaba la manguera y regaba el campo 30 minutos antes del partido, con esto conseguía que el vapor elevara la temperatura del terreno de juego. Por supuesto que esto se convirtió en una costumbre que le daba mucha ventaja a los Cañeros.

Su forma tan peculiar de dirigir hizo que en muchas ocasiones lo expulsarán de la cancha, pero siempre se negó a irse del banquillo. Encaraba a los árbitros, insultaba y los sacaba de quicio. Se le recuerda una pelea con Arturo Yamaski, no quería irse de la cancha y el central lo encaró “O se va usted o me voy yo”, a lo que Don Nacho le respondió: “pues váyase usted, yo aquí estoy de lo más cómodo”.

No fue la única, recuerdan que tras ser expulsado se sentaba en su área técnica, por lo que los reporteros y fotógrafos se acercaban para tomar su declaración, daba su conferencia de prensa en pleno partido. Alguna ocasión pidió a un reportero su cámara, se la colgó y se fue atrás de una portería para seguir dando indicaciones.

En su lista de marrullerías podemos sumar una más: cuando su equipo se veía en problemas pedía a los jugadores que se tirarán al suelo y de esta forma las asistencias médicas ingresaban con dos objetivos, perder tiempo y romper la inercia del partido.

Por supuesto que tuvo muchos éxitos, pero también forma parte de las malas prácticas que tanto se critican en el futbol. Así que no llamemos “estrategia” a algo que lleva como nombre: juego sucio.

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