La violencia ataca a todos los sectores de la sociedad, en esta ocasión fue contra unos futbolistas que acaban de disputar un partido y se disponían a descansar. Según reportes del Club Vasco de Gama, cuatro de sus futbolistas fueron asaltados después de jugar un partido en el Estadio Maracaná, en Río de Janeiro.
Informes de las autoridades locales mostraron que delantero Rildo, el portero Jordi, el volante Raul y el centrocampista Yan Sasse, fueron víctimas de la delincuencia cuando transitaban en un automóvil sobre la avenida Línea Amarilla, una dela vialidades que conecta la zona norte con la oeste de la ciudad capital fluminense.
Las declaraciones de los mismo jugadores apuntan a que los delincuentes les robaron el auto en el que se desplazaba, además de sus celulares. Después del asalto, los futbolistas pidieron ayuda y fueron auxiliados por aficionados que se encontraban en el lugar. Ninguno de los deportistas sufrió heridas por lo que se encuentran bien.
Todo sucedió este miércoles cuando el Vasco de Gama se enfrentó al Resende en la Semifinal de la Copa Guanabara que se jugó en el Estadio Maracaná y donde salió victorioso el Vasco que se clasificó para la final. El gran problema es que Río de Janeiro se ha convertido en una de las ciudades más violentas del mundo.
Se desconoce el paradero de los sujetos que cometieron el asalto, por lo que se abrió una investigación contra los que resulten responsables.
Tan solo en dos años, desde que culminaron los Juegos Olímpicos del 2016, la ciudad ha registrado los números de violencia más altos. Tan solo datos de la Seguridad Pública revelan que tan solo en 2017 dejó 6.731 muertos. Las autoridades solicitaron la intervención federal, esto para poder combatir los números rojos. Es por ello que Ejército ingreso a la ciudad para garantizar la seguridad, pero esto duró hasta septiembre del año pasado.
Para poder albergar la Copa del Mundo en 2014 y los JJOO en 2016, el Gobierno de Brasil reforzó la seguridad en todos el país, pero sobre todo en las ciudades más importantes. Tras culminar dichos eventos, se bajó el resguardo y es entonces cuando los delincuentes han hecho de las suyas.