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Sepultemos los chismes del periodismo deportivo

Las tendencias marcan el ritmo con el que se teclea en las redacciones. “Repliquemos lo que ya es viral”, parece ser el mantra de casi todos los medios de comunicación:...

Las tendencias marcan el ritmo con el que se teclea en las redacciones. “Repliquemos lo que ya es viral”, parece ser el mantra de casi todos los medios de comunicación: impresos, digitales y audiovisuales.

Desmembremos al “caído” hasta que no quede nada de él y nos haya dado la satisfacción (números) que necesitamos para subsistir. Lamentablemente no es un secreto que hace mucho que informar dejó de ser el verbo más importante de un medio, ahora se sustituyó por superar: “Tenemos que superar las estadísticas del mes pasado”.

Sería estúpido de mi parte estar en contra de los números en un portal digital. Tan absurdo como no querer que un corazón bombee sangre. Pero, como todo en la vida, hay que temer límites y en los recientes días los medios no los hemos tenido.

Un escándalo sexual marcó la agenda de una semana y lo sigue haciendo. Resulta que el Rubio Ñu de Luque, un equipo de la cuarta división de Paraguay, se ha vuelto tendencia por el amorío que tenían Antonio González, presidente del club, y Bernardo Gabriel Caballero. El lío se armó cuando en las redes sociales surgió una foto en la que ambos aparecen recostados en una cama con el torso desnudo.

“Este jugador es un sátrapa, bandido, estafador. Vino a este humilde club a llevarse un montón de planta”, declaró Antonio.

Después se supo que ambos sostenían una relación amorosa de dos años y que el actual representante y pareja de Bernardo quería sacarlo del club. El pleito tiene como nudo dos millones de guaraníes, unos 358 dólares, el costo del pase del jugador.

“Sé que hubo otros jugadores que tuvieron relaciones con él. Era una cuestión normal. Nos condicionaba. Nos decía que nos iba a promocionar, que nos iba a vender a un club más grande. Nunca lo hizo, al contrario, siempre buscaba truncar eso”, declaró el futbolista de 25 años.

Mientras tanto, el dueño del club hacía una lluvia de declaraciones poco afortunadas como: “Hay muchos putos que buscan jugadores porque tienen bien marcados los cuartos. Yo conozco unos cuantos y hay empresarios que se meten a representar futbolistas exclusivamente para comer” y “ Yo tengo una sala especial para masajes prismáticos en el club”.

Las palabras de los protagonistas han desatado que se voltee a ver este tipo de situaciones, ya que la mayoría de los jugadores de las plantillas de equipos de divisiones inferiores no rebasan los 18 años. Ricardo González, encargado de la Secretaría de Niñez y Adolescencia de Paraguay, declaró que se ha solicitado a la Asociación Paraguaya de Futbol (APF) crear una ley que proteja a los futbolistas menores de edad de los abusos de los dirigentes.

Tristemente no hay nada nuevo en que los dueños de las instituciones utilicen su “poder” como gancho para atraer a menores de edad y aprovecharse de ellos a cambio de la eterna promesa de triunfar en el deporte.

Lo que parecía ser un pleito amoroso desembocó en un conflicto que involucra menores de edad. Situación que lamentablemente no es exclusiva ni de Paraguay ni del futbol.

Nosotros daremos sepultura a este tema y estaremos pendientes de las acciones legales que emanen del caso. Esperamos que el fin de semana signifique el fin de las notas “clickeras” y los medios dejemos de repetirnos.

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