El mundo de los deportes está lleno de tradiciones, cada uno con los suyos de manera específica. Sin embargo, hay una práctica que se repite en diferentes recintos, ya sea de beisbol, soccer, futbol americano, hockey o las duelas de basquetbol: la Kiss Cam. Sí, esta famosa cámara que enfoca a parejas en las pantallas de los estadios para que se den un beso y así pasar un momento entretenido.
Nacida y popularizada por el beisbol, el juego de la Cámara del Beso ha pasado de entretener al público mientras se reanudan los juegos a ser un tema con un trasfondo social, en el cual la homofobia queda expuesta.
Si el público hace el ejercicio de buscar en YouTube “videos de Kiss Cam”, se dará cuenta de que, en el 90 % del tiempo, las parejas enfocadas para darse el clásico beso son heterosexuales. Sin embargo, eso no es lo único, pues en más de una ocasión, cuando aparecen dos hombres juntos, es para provocar risas, situación que en más de una ocasión ha sido criticada.
En 2012, el beisbolista Brandon McCarthy escribió un tweet que tocó de manera explícita el tema: “Pusieron a dos chicos en la ‘Kiss Cam’ esta noche. ¡Qué hilaridad! (Por hilaridad me refiero a homofobia ofensiva). Basta con esta estúpida tendencia“, señaló el exlanzador de Grandes Ligas, haciendo referencia a que ya no podía ser permisible que enfocar a dos hombres fuera para generar risas. “Si hay personas gays que vienen a un juego y ven algo así, no se puede asumir que se sientan cómodos con eso”, señaló McCarthy.
En esta misma dirección, los New York Mets también estuvieron envueltos en esta polémica, gracias a la llamada “broma homofóbica de la Kiss Cam”. ¿En qué consistía? Cuando había una pausa en el juego y aparecía la Cámara del Beso, esta enfocaba a una pareja de hombres o mujeres para realizar el “clásico juego”; aunque eso no era todo, ya que también la lente ponía como objetivos a los jugadores del equipo rival.
“Poner a dos hombres juntos en la Kiss Cam no es un chiste. Quiero seguir viniendo a los juegos. Por favor, dejen de hacer esto”, eso fue el primero tweet de muchos más que el aficionado Eitan Bednarsh le dedicó a los Mets, su equipo favorito, cuando vio que enfocaron a dos peloteros de los Philadelphia Phillies, así lo dio a conocer CNN en Español.
La insistencia de Eitan, quien logró juntar firmar de personas inconformes, tuvo su recompensa semanas después, cuando la franquicia neoyorquina anunció que dejaría de hacer esa actividad.
“Ocasionalmente, hemos incluido a jugadores de equipos contrarios en nuestro popular juego interno de la cámara del beso. Si bien la intención fue proporcionar un poco de buen humor, sin querer ofendimos a algunos. Pedimos disculpas por esta situación y ya no incluiremos jugadores en la presentación. Nuestra organización apoya por completo el hecho de fomentar un ambiente inclusivo y respetuoso en los juegos“, señaló la organización de los Mets, realizando un paso al frente por el respeto.
Por su parte, Bednarsh se dijo feliz que su equipo haya tomado esa medida, pero también reconoció que “que los deportes siguen siendo un lugar muy difícil para los jugadores y los aficionados LGBTQ”.
Por fortuna, el cambio de mentalidad poco a poco ha sido más visible. El caso de una pareja gay que se comprometió cuando estuvieron en la Kiss Cam durante un juego de los Astros; o el beso de dos hombres (algo que debería ser reconocido como una situación normal) que todos los aficionados celebraron en el Dodger Stadium sirven como ejemplos. Aunque, como mencionó la cadena CNN, estos casos siguen siendo excepción y no la regla.
La práctica de la Kiss Cam también ha servido para concientizar a través de campañas como la realizada por Ad Council, quien en 2017 sacó a la luz un video realizado en el Pro Bowl en el cual buscó mandar un mensaje de igualdad y amor, en el cual se mostró a parejas del mismo sexo, de diferente raza o capacidades dándose el tradicional beso, demostrando que esta actividad va más allá de solo muestras de amor “tradicional”.
Seguro aún falta mucho camino por recorrer, pero el cambio de mentalidad debe ser cada vez mayor, haciendo de la Kiss Cam un momento romántico, tierno, como su nombre lo supone y no para motivos de burlas.