Yo no le creo el liderato al América

Hoy nos hemos despertado con la terrible noticia de que el América se encuentra en la cima del Clausura 2018. Miguel “Piojo” Herrera llegó a Coapa a poner las cosas...

Hoy nos hemos despertado con la terrible noticia de que el América se encuentra en la cima del Clausura 2018. Miguel “Piojo” Herrera llegó a Coapa a poner las cosas en su lugar. Y no podía ser de otra forma. Un técnico oportunista para un equipo oportunista.

Poco antes de comenzar el torneo las Águilas ya daban muestras que este sería su año y se convertirían en protagonistas. No importa cómo, la gente tiene que hablar del América. Así se ha manejado el club desde que tengo uso de razón.

América no puede avanzar sin las miradas de los demás, por eso o lo amas o lo odias. Hay más odiadores que amantes, eso es una realidad. La pedantería está inyectada en el ADN azulcrema. Los de Coapa son más antagonistas que protagonistas. Y el odio se lo tienen bien ganado.

El martes 13, América recibió en el Estadio Azteca al Morelia. Si los dirigidos por el Piojo se llevaban el triunfo se colocarían de líderes —tal y como lo hicieron—. Todavía no comenzaba el partido y los azulcremas ya habían dado la primera sorpresa: Oribe Peralta a la banca.

Recapitulemos, Oribe debe ser el jugador más importante y querido por todos los mexicanos de los recientes años. Peralta, sin que nadie lo pensara, tomó un papel que no le correspondía e incluso, habrá que decirlo, jamás imaginamos que le quedaría. Pensar en el Oro de Londres 2012 es pensar en Oribe, así de sencillo. Ahora imaginen lo que debe ser para el americanismo.

Volvamos al tema. Tras ser cuestionado sobre la titularidad del capitán, Herrera respondió que había sido porque Oribe es un jugador de 34 años y las jornadas dobles le pesan. Quien entró en su lugar fue el flamante refuerzo Jérémy Ménez. Piensa mal y acertarás, decía mi abuela. ¿Será que hay presión de arriba para que el francés juegue?

Hace mucho que los de Coapa copian las fórmulas de los equipos que despuntan y si con eso no basta, a billetazos, se llevan a los jugadores. Lo peor es que pecan de indiscretos y todo lo hacen con fanfarrias, para que percibamos su patetismo. Apúntenle bien: no falta mucho para que Djaniny Tavares se vista de amarillo. Parece que su cantera ya no está en Coapa, sino distribuida entre todos los equipos de la Primera División.

El plagio más reciente del América fue la contratación de Ménez. El éxito que tuvo Gignac con los Tigres en la liga podía replicarse de forma sencilla, ¿cierto? O al menos eso pensaron los directivos, esperemos que no se hayan equivocado. La llegada de Jérémy fue forzada y pretenciosa. Sin embargo, la contratación del colombiano Andrés Ibargüen me pareció más sensata y acertada. Sí, aunque poco, también tienen cosas que aplaudirles.

Hace mucho que el América dejó de voltear a ver a Guadalajara, su rival a vencer ya no está ahí. Ahora la competencia está en e norte, con los Tigres. Los Universitarios le están enseñando a los capitalinos a usar el dinero pero tal parece que no han aprendido: no a todos se nos ve igual la misma prenda. Así es el américa, una rémora que se vale de otros para “crecer”.

Yo no le creo este liderato al América. Me parece un equipo gris que deja mucho a la reflexión. No solo por el trato que le da a sus figuras (sobra hablar de Moisés Muñoz, Pablo Aguilar y Miguel Samudio) sino porque ya no asustan. Y tampoco llenan el estadio.

En un torneo tan irregular como el nuestro, ser líder en la Jornada 7 no dice mucho. Hay que esperar a que llegue la fase final para ver de qué están hechas las Águilas. Por lo pronto no hay que festejarles, que del plato a la boca se cae la sopa. Y esperemos que la inversión millonaria de Ménez no haya sido el clásico berrinche del niño rico de la cuadra.

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