¿Cómo vive un aficionado de Cruz Azul un Clásico Joven?

El aficionado de Cruz Azul vive con miedo cada Clásico Joven, pero de la mano de Peláez y Caixinha ese comportamiento puede cambiar.

Pareciera que observa fijamente el juego, pero tiene la mirada perdida. Los nervios se notan a kilómetros de distancia, como si su cabeza ya supiera lo que va a pasar. Cada falla de su equipo o un error arbitral lo hace enojar y sacar toda su euforia y frustración. Y es entendible, casi dos décadas sin título y de ser el chiste de toda una liga afecta hasta al más sólido de los aficionados.

La afición de Cruz Azul ha sido objeto de burla constante. Incluso para muchos ya es aburrido mofarse de La Máquina y de su mala suerte. Hoy son vistos con compasión y lástima.

Por eso, cada fin de semana es diferente para el aficionado del Cruz Azul. Sabe que cada jornada es una nueva oportunidad para ser el centro de atención en los periódicos, las redes sociales y en los memes.

Mensaje de la afición del América para Cruz Azul

Pero en un Clásico Joven todo es diferente. Es el juego de la temporada para muchos celestes. Y más ahora que el miedo parece que se dispersa un poco. Por momentos hasta nos hacen creer que ahora sí es verdad que este torneo es el bueno.

Cruz Azul era líder del torneo hasta la Jornada 12 del Torneo Apertura 2018. Una derrota ante Querétaro en la 13 y una victoria del América frente a Xolos los hizo bajar a ese temido segundo lugar, ese que tantos malos recuerdos trae a la memoria cementera.

El juego contra las Águilas siempre es diferente. Se vive de otra manera y más cuando está la presión de quitarse esa paternidad de nueve juegos sin poder ganarle al equipo de Miguel Herrera.

Todo el día se piensa en eso, no hay otra cosa en mente que ver el juego. Es común en los seguidores al futbol ponerse nervioso, en los aficionados celestes es distinto.

Al principio todo es risas y emociones, pero conforme pasan los minutos y el marcador se mantiene parejo, ahí comienzan los problemas.

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La alegría y las ganas de convivir se esfumaron y en su lugar se quedó ese cara tan conocida ya en el futbol mexicano. Esa que transmite pánico y se traduce en que un gol puede caer en los últimos minutos del juego.

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Pero no fue así. Con el resultado final, un empate sin goles, la paz regresó para la gente Azul. Y todo indica a que la historia cambia poco a poco. El equipo capitalino está acostumbrado a sufrir en las rectas finales, pero contra el América fueron ellos lo que tuvieron las ocasiones para quedarse con los tres puntos.

No se sabe que le depara el destino cementero este semestre, pero por mientras ya están instalados en una final de Copa y su boleto a Liguilla está prácticamente asegurado. De la mano de Ricardo Peláez y Pedro Caixinha el aficionado celeste tiene todo para cambiar esos gestos que tanto lo identifican y que ya salen de forma inconsciente. Tal vez muy pronto podamos ver el regreso de La Máquina. Y por qué no pensar que ese día llegara en una final en el Estadio Azteca y contra el odiado rival.

 

 

 

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