No era una forma de jugar futbol y nada más, era un estilo de vida. Se trataba de una virtud y una especialidad, pero también mandó un claro mensaje a todos aquellos que tendían a la práctica sucia y desleal solo para ganar partidos.
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El joga bonito era eso, jugar con el corazón; y los brasileños lograron eso. Con Pelé, Roberto Carlos, Ronaldinho, Ronaldo, Adriano, Kaká, Zico, Rivaldo, entre otros, nació este movimiento que promovió el juego en conjunto, la magia, las gambetas y esos regates que parecía que solo lo podían lograr los que nacieron en territorio carioca.
Luego vino un bajón. Los jugadores de la Verdeamarelha optaron por un futbol mucho más eficiente y técnico. Además, llegaron atletas superdotados como Messi, Mbappé y Cristiano Ronaldo, pero ellos nunca tendrán la magia que el joga bonito nos regaló.
Después del Mundial de Alemania 2006 vino una crisis futbolística para Brasil. Las canteras de ese país producían jugadores pero ninguno lograba tener ese sello que los caracterizaba. Entonces llegó Neymar, quien rápidamente se volvió referente de la selección y poco a poco comenzaron a llegar más figuras.
Hoy Coutinho, Roberto Firmino, Gabriel Jesus, William, Casemiro, Fabinho, Marcelo, entre otros, son los encargados de hacer brillar al combinado sudamericano. Esta camada ya logró un título importante: la Copa América de 2019, pero pese a la gran calidad con la cuentan estos futbolistas, aún falta un pequeño empujón para que por fin podamos decir que el joga bonito está de regreso.
Y esto podría concretarse con la irrupción de jóvenes jugadores como Paulinho, Tete, Renan Lodi, Douglas Luiz, Gabriel Martinelli, Éder Militão, Reinier Jesus, Vinícius Júnior, Rodrygo Goes, Bruno Guimarães, Lucas Paquetá, Pedro, Pedrinho y Joao Pedro, quienes tendrán la misión de dar el mensaje que deje claro que la magia de la Scratch du Oro está de vuelta.
Todo aquel amante al fútbol se muere de ganas por ver el regreso de ese Brasil que no solo estaba obligado a ganar, sino que debía hacerlo con un juego espectacular y que maravillaba hasta a la afición rival.
De las joyas mencionadas anteriormente, ninguno rebasa los 22 años. Algunos como Martinelli (Arsenal), Vinícius, Rodrygo y Militão (Real Madrid), Paquetá (Milan), Lodi (Atlético de Madrid) y Guimarães (Lyon) ya se encuentran en Europa tratando de ganarse un lugar.
Otros más como Paulinho (Leverkusen), Reinier (Real Madrid), Tete (Shaktar Donetsk) y Douglas Luiz (Aston Villa) han demostrado su calidad, pero aún les falta esa regularidad que los consagre en el Viejo Continente.
Luego vienen las promesas que aún están en Brasil. Pedro es un delantero de 22 años que en 2019 estuvo a punto de llegar al Real Madrid si una lesión no lo hubiera alejado de las canchas por varios meses. También está Pedrinho, de Corinthians, que para la siguiente campaña vestirá los colores del Benfica de Portugal. Y por último viene Joao Pedro, atacante de 18 años que maravilló al Watford de Inglaterra y que recién lo fichó en enero del 2020.
Conforme pasan los mercados de fichajes conocemos a más y más jugadores cariocas que dejan su club natal para emprender su sueño. Esto quiere decir que el primer paso ya está, Europa volteó de nuevo a ver a Brasil. El siguiente paso es la consolidación y el eventual cambio generacional.
Solo el tiempo lo dirá, pero los brasileños volvieron para reclamar su lugar.
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