Los aficionados mexicanos en un Mundial solo significan una cosa: caos

Los aficionados mexicanos son pasionales, sin embargo se han visto envueltos en escándalos, esperemos que no suceda en el Mundial de Rusia 2018.

No conozco un diccionario futbolístico que defina uno a uno los términos de cada una de las palabras que rodean a la fiesta del futbol: aficionados, estadios, porras, cánticos, trapos, tifos, cañitos y un sinfín de expresiones que podrían significarse cualquier otra cosa si se utilizan fuera del mundo del balompié.

Aunque Eduardo Galeano (1940-2015), uno de los escritores que más habló y defendió al futbol a través de su pluma, redactó un libro que se puede consultar de vez en cuando para aterrizar algunas definiciones que, hay que decirlo, se han ido transformando conforme pasan los años, así sucede con todo, menos con la pelota que afortunadamente sigue siendo redonda.

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El futbol a sol y sombra (Siglo XXI Editores, 1995) es un cable a tierra para entender el deporte más popular del mundo. Aunque cada aficionado es distinto y cada país debería tener su propia definición de seguidor, en su libro, el escritor uruguayo ensaya un concepto que podría aplicar a todas las personas que apoyan un equipo de futbol alrededor del mundo:

Una vez por semana, el hincha huye de su casa y asiste al estadio.

Flamean las banderas, suenan las matracas, los cohetes, los tambores, llueven las serpientes y el papel picado; la ciudad desaparece, la rutina se olvida, sólo existe el templo.

Esta vez no hablaremos del seguidor que visita un estadio cada 15 días para apoyar a su club, sino del que lo hace cada cuatro años y viaja a otro país (incluso a otro continente) para apoyar a su Selección. En México, pocas cosas son tan respetadas como el equipo de todos, el Tri. Desafortunados sean todos aquellos que critiquen a los seleccionados en época mundialista, se puede hacer en cualquier otro momento, menos en un junio de cada cuatro años, ahí inicia la veda.

Dicen que los estadios sirven para sacar el estrés, a manera de gritos, que acumulamos en toda una semana laboral, solo así soportamos lidiar con el lunes. Pero lo que pasa con un Mundial es distinto, una Copa del Mundo es el retiro espiritual de los que le rezan a la redonda. Por eso es que en un evento deportivo de este tamaño es donde ocurren situaciones que no podrían aparecer en ningún otro lado.

Aficionado mexicano festejando en el Ángel de la Independencia.

Si bien los mexicanos no somos los más creativos a la hora de apoyar (chiquitibum a la bim bom ba), sí somos de los más ruidosos y fieles. No hay  mundial que no tenga un amplío número de compatriotas en las gradas, lo que significa que ese puñado de aficionados vestidos de verde crearán caos. Es una máxima.

Mientras dura la misa pagana, el hincha es muchos. Con miles de devotos comparte la certeza de que somos los mejores, todos los árbitros están vendidos, todos los rivales son tramposos.

Hemos decidido realizar un listado de algunas acciones que nos avergüenzan y en las que claramente los protagonistas se vieron rebasados por la pasión y cayeron en la casilla del libertinaje.

Mexicano vs Flama Eterna

La Flama Eterna se encuentra debajo del Arco del Triunfo, en París, Francia. Fue encendida el 11 de noviembre de 1923 y representa a todos los soldados franceses que cayeron por defender a su patria. Desde que se prendió no había sido apagada, hasta que… apareció un mexicano en el Mundial de Francia 1998.

El 2 de julio de 1998, Rafael Ortega decidió mancillar uno de los máximos símbolos patrios de los franceses. La llama que había perdurado encendida 75 años, dejó de existir por unas horas. El hecho dio la vuelta al mundo y dejó a los mexicanos muy mal parados.

Para encender de nueva cuenta el fuego se tuvo que realizar una ceremonia en la que estuvo presente Sandra Fuentes Berain (en ese momento embajadora de México en Francia), ahí lamentó lo que había pasado y colocó unos arreglos florales como disculpa. Rafael fue detenido, interrogado para luego ser puesto en libertad. Junto con él, se habló de una mujer que estuvo en todo momento con él y quien también fue detenida.

Mexicano vs Tren Bala

Somos únicos y siempre nos gusta ser los primeros, no importa de lo que se trate. En el Mundial de Corea-Japón 2002 un mexicano que viajó a apoyar al Tri, decidió que era buena idea viajar en el tren bala de Japón. Una vez arriba (hay que decir que traía puestos algunos tragos) se sintió en México y apretó el botón para detener de emergencia el medio de transporte que corre a unos 250 km/h y que en toda su historia no se había detenido. Por supuesto que la policía se movilizó de inmediato pensando que había ocurrido algún accidente pero no fue así, era un aficionado mexicano al que se le hizo fácil.

Afición mexicana Zócalo Ciudad de México.

Mexicano vs bunker alemán

Así como México está cada cuatro años en una Copa del Mundo, así los aficionados mexicanos se organizan para dar de qué hablar durante la máxima justa futbolística. Alemania no fue la excepción. Los alemanes, buenos anfitriones, crearon durante el Mundial de 2006 algunos albergues para recibir a los aficionados que no contaron con la suerte de conseguir hospedaje. Uno de los sitios que fueron seleccionados fue un búnker militar, ahí se colocaron literas para que los amantes del futbol descansaran.

Hannover era la sede de la Selección Mexicana y por ende la ciudad alemana con más mexas en ella, así que el búnker del ejército acondicionado como albergue tendría, en su mayoría, huéspedes tricolor. Evaristo Madero, originario de Chihuahua, era uno de los tantos aficionados que aprovecharon las amenidades teutonas, así que luego de beber mucha cerveza, decidió ir a dormir. Para que nadie lo molestara ocupó el sitio reservado para la ropa de cama y así se perdió en un sueño profundo, hasta que 13 horas después despertó y se descubrió solo. Comenzó a gritar para pedir ayuda ya que su celular no tenía recepción (hay que recordar que estaba dentro de un búnker) hasta que al cabo de poco más de una hora un hombre acudió a su auxilio y le dijo que el militar con las llaves no estaba cerca y tendría que esperar. Luego de algunas horas más, el mexicano logró salir y fue recibido con un “¡Eres un mexicano!”. El daño estaba hecho, los mexicanos habían vuelto a hacer de las suyas.

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Mexicano vs Mandela

Para Sudáfrica 2010 continuamos con la regularidad de actos bochornos que dieron la vuelta al mundo. En esta ocasión, un mexicano vio muy desangelada la estatua de Nelson Mandela y decidió darle un poco de color colocándole un sombrero de charro. De inmediato la policía se percató del acto y el aficionado azteca fue multado por ofender a la nación. Por supuesto que el acto retumbó lo suficiente y la cancillería mexicana en Sudáfrica tuvo que ofrecer disculpas.

Mexicano vs crucero

Este es quizá es el episodio más triste de todos los que han tenido a mexicanos envueltos en una Copa del Mundo. Jorge Alberto López Amores, hijo de Raciel López Salazar, entonces procurador general de justicia de Chiapas, viajó a Brasil para apoyar a México en el Mundial de 2014. Jorge Alberto documentó casi todo su viaje en las redes sociales, incluso cuando abordó un crucero que lo llevaría a Recife. Una vez arriba de la embarcación, López Amores (no sabemos si alcoholizado) decidió saltar al mar. El navío se detuvo para buscarlo pero no hubo éxito; horas después continuaron su trayectoria dando paso a la marina para continuar la expedición.

Días después se dio por culminada la búsqueda y Jorge Alberto López no apareció.

***

No sabemos que sucederá con los aficionados mexicanos cuando arranque el Mundial de Rusia 2018, esperemos que nada malo ni vergonzoso, pero lamentablemente no podemos poner las manos en el fuego por un puñado de aficionados que esperan tanto tiempo para desahogar su pasión en un partido de futbol.

El estadio se queda solo y también el hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de cenizas después de la muerte del carnaval.

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