Zappas, el romántico empedernido que intentó revivir los JJOO

El poeta John Milton describió a Atenas como “el ojo de Grecia, madre de las artes y la elocuencia”. En 1859, los hechos comprobaron estas palabras. No se sabe cuántas...

El poeta John Milton describió a Atenas como “el ojo de Grecia, madre de las artes y la elocuencia”. En 1859, los hechos comprobaron estas palabras. No se sabe cuántas personas abarrotaron aquel 15 de noviembre la plaza de Luis I de Baviera, pero los registros lo califican como el evento más multitudinario de Grecia. Los asistentes, aún curiosos y sin gran conocimiento de lo que ocurría, fueron testigos de un suceso sin precedentes que planteaba una solo premisa: revivir la gloria de la tradición olímpica.

Sin embargo, este momento tuvo que esperar 26 años para ocurrir. Todo comenzó en 1833, cuando el poeta Panagiotis Soutsos, quien era famoso por su espíritu romántico y su incontable amor por la historia griega, envió una carta a su gobierno con una propuesta desquiciada: revivir los Juegos Olímpicos.

Grecia acababa de padecer la infames crueldades de una Guerra de independencia y era urgente enarbolar símbolos que regresaran un poco de identidad al país, por lo que recuperar una tradición como esta era una acción bastante lógica para el literato.

Tras años de silencio, el tema aún no conseguía congregar más adeptos. Fue entonces que apareció en la escena Evangelos Zappas. Este notable empresario había participado en la Guerra de Independencia y se había enamorado del país. Fue justo ese amor lo que lo impulsó a comprometerse con el rey a financiar los Juegos Olímpicos de Soutsos.

A pesar de la oposición de varios políticos, el decreto real ordenó organizar una competencia deportiva cada cuatro años, acompañada de exposiciones industriales y de agricultura.

Los Juegos Olímpicos de Zappas se llevaron a cabo el 15 de noviembre de 1859 en Atenas. Un grupo de atletas griegos participó en seis disciplinas muy parecidas a las que se celebraron en la antigüedad: carreras, lanzamiento de disco, lanzamiento de jabalina, lucha, saltos y escalamiento de palo. A pesar del éxito, el evento sólo se celebró en cuatro ocasiones, pues el gobierno se quedó sin fondos para continuar la financiación que asumió desde la segunda edición tras la muerte de Zappas.

Sin embargo, gracias a estos esfuerzos en 1896 se celebraron los primeros Juegos Olímpicos organizados por el Comité Olímpico Internacional en el Estadio Panathinaikó, el mismo que Zappas mandó a restaurar para sus Juegos.

Por Axel Salas.

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