Cuando Mike Mularkey llegó a Tennessee prometió sólo una cosa: regresar a un juego más físico, con carreras en descenso que sirvan como base para mantener una línea defensiva honesta. Sin embargo, este énfasis en el juego rápido no es lo que está a punto de ganar un merecido lugar en los playoffs. La razón es Marcus Mariota.
Aunque como rookie, Mariota siempre fue una promesa en el americano nadie jamás imaginó en lo que se convertiría. El joven quarterback llegó a la franquicia en medio de un universo organizacional deficiente y repleto de dudas. Durante su primer temporada, tanto el coach como el manager general del equipo, quienes fueron responsables de que fuera drafteado segundo universal, fueron despedidos. El nuevo estratega del equipo poseía una carrera con un récord de 18-39 y un deseo de regresar la ofensiva del futbol americano a su “edad de oro”.
Como consecuencia, Tennessee tuvo un inicio de temporada de 1-3, en el que Marcus tiró cuatro pases de touchdown, además de cinco pases incompletos y terminó con rating de 73.9. Para muchos no era lógico que los Titanes, quienes llevaban tiempo trabajando en un estilo moderno (up-tempo y con una ofensiva amplia), de pronto regresaran a un modelo tan tradicional como el propuesto por Mularkey.
Afortunadamente para el equipo, Mariota resultó ser el máximo rebelde de la NFL. Tras las semana 5, los Titanes ya han logrado hacerse del segundo lugar de la Conferencia Americana (AFC sur) y Marcus ha elevado sus números de manera drástica: 17 pases de touchdown, solo tres intercepciones y ha completado el 68% de sus pases. Este joven jugador es demasiado bueno para ser acallado por una estrategia retrógrada.
Cuando Tennessee juega, lo primero que resalta en la cancha es la precisión de Mariota. Para la mayoría de los QBs que han pasado casi toda su carrera en el futbol colegial, los pases de acción pueden ser una proeza difícil de concretar, pero no para él. Mariota es un jugador que se siente cómodo en las áreas pesadas, con jugadas de engaño y decisiones complicadas tomadas justo en el momento que se necesita.
Con tan sólo 23 años y 10 juegos profesionales bajo el cinturón, Marcus ya es considerado un futbolista de nivel y su estilo de pases ha quebrado una teoría clásica que sencillamente ya no necesita regresar a los emparrillados modernos.
On 23rd B-Day, A Look at the Best of Marcus Mariota https://t.co/5T9Kd5NL2J
— Marcus Mariota (@MariotaNews) 30 de octubre de 2016
Por Axel Salas.