Conor McGregor, ¿un favorito a propósito en la UFC?

Ayer, Conor McGregor, explosivo y efervescente como sólo él sabe serlo, llegó como un rey a la conferencia de prensa previa al UFC 205 y su pelea frente a Nate Díaz. Sin embargo, su realeza era más bien infantil y en los primeros minutos del evento jugó con la atención de la gente. No sólo se atrevió a robar el cinturón de campeón de Díaz sin que él estuviera aún presente en el escenario, sino que además amenazó a su oponente con una silla plegable de metal.

Enfundado en un abrigo de piel blanca, el extravagante playboy de la artes marciales mixtas se inventó otra escena para la calentar los motores de su actuación estelar. Afortunadamente, Dana White estaba en el medio y aseguró que todo se mantuviera bajo control. Sin embargo, este micro-tearo no fue nada en comparación de lo que ocurrió entre estos dos divos de la pelea previo al UFC 202, cuando ambos se enfrentaron en una lluvia de botellas de agua y bebidas energéticas.

Durante una sesión de preguntas y respuestas en el programa de radio de Jim Rime, White explicó lo que había pasado y dijo estar muy al pendiente de mantener todo en orden, pues UFC 205 se trataba de una fecha histórica, pues la marca regresaba en una función a  Nueva York desde haberlo abandonado en 1995 y lo hacía en su recinto más importante: el Madison Square Garden. No obstante, hizo la siguiente aclaración a los aficionados:

“Conor estaba a punto de decir algo, así que lo estaba vigilando, cuando la silla voló detrás de él. Pensé que Álvarez había tirado la silla. Pero mi amigo tiene el video y ambos le echamos un vistazo. Sólo estaba enojado y pateó la silla fuer del camino y por coincidencia cayó al otro lado del piso. Así que Conor levanta la silla sobre su cabeza como si fuera a lanzársela. Y yo hice como ‘Conor, no tires esa silla, no tires esa silla’. Así que trato de detenerlo. Estas sillas pesan como 15 libras, son sillas de metal pesadas. Pudo haberse cortado los dedos. Todo pudo haber pasado. Ahora necesito conseguir muebles de plástico para estas conferencias de prensa. Él me dijo ‘¿cuánto crees que me habrían cobrado por una silla?”. Millones de dólares, le respondí de inmediato, porque la pelea probablemente no habría pasado”.