El box se sube al ring contra el radicalismo musulmán

Por lo regular esta es casa de golpes y sudor, pero tras las duras sesiones de sparring cada pupilo toma asiento alrededor del ring y abre sus sentidos dispuesto a...

Por lo regular esta es casa de golpes y sudor, pero tras las duras sesiones de sparring cada pupilo toma asiento alrededor del ring y abre sus sentidos dispuesto a entender. Las palabras aquí son claras, la realidad se cuenta como es, sin reflectores ni sombras. En el gimnasio de Bea Diallo no sólo se entrena el cuerpo, también se busca alimentar el alma que se esconde tras los puños de sus alumnos.

Diallo nació en África bajo el régimen de una educación musulmana meticulosa. Tras varias mudanzas por Europa que le cambiarían la vida, finalmente se estableció en Bruselas, Bélgica, en donde fundó su propio gimnasio de box.

Por las mañanas, el ahora abogado de 45 años sirve como parte del Parlamento Belga y posee un espacio en televisión en el que trata de abordar los problemas actuales de la juventud, sobre todo el desempleo y la integración. Por las noches dedica su tiempo a dirigir su gimnasio, en donde trata de transmitir a los más jóvenes las lecciones que la disciplina le enseñó.

Bélgica es el país con mayor número de atletas (específicamente de deportes de combate) musulmanes que se han unido al yihad (Guerra Santa Musulmana) para combatir en Siria e Iraq. De acuerdo con información de CNN, dicha cantidad rebasa los 400 integrantes.

En este tenor, la lucha de Diallo llega como una ventisca de salvación, como lo describió su colega en el Parlamento, Hassan Bousetta: trata de alejar a la juventud musulmana del radicalismo extremo. Además del entrenamiento habitual, Bea se sienta con sus estudiantes y discute los problemas actuales por los que atraviesa su comunidad, disuadiéndolos del camino de la violencia.

En su juventud, él mismo pasó por una dura etapa radical. Mientras vivía en París, Francia, fue testigo de un ataque skinhead en el que un amigo suyo perdió un ojo. Fue así como con tan sólo 16 años se unió a varias pandillas en las que se vio involucrado en un sinfín de crudas peleas.

Sin embargo, tras encontrar el box, Diallo comprendió que su único yihad (visto como el esfuerzo que cada musulmán debe emprender para que la ley divina reine en la Tierra) era contra sí mismo.

La habilidad del ex boxeador no siempre se limitó al plano espiritual. En 1998 venció a Robert Bleakley frente a millones de espectadores vía satélite, para ser coronado Campeón de Peso Medio en la International Boxing Association, título que mantuvo durante seis años.

Hoy su trabajo ha impulsado a que cientos de jóvenes busquen una segunda oportunidad en la integración antes de volcarse al radicalismo de asociaciones como el Estado Islámico. Sin embargo, sus duros comentarios también le han costado adeptos. Tras el ataque bomba de ISIS que terminó con la vida a 32 personas en Bruselas el 22 de marzo de 2016, varios de sus estudiantes se sintieron incómodos cuando pidió honrar a los fallecidos con un minuto de silencio. Ante la reacción de los jóvenes, Diallo les respondió:

“¿Qué? ¿Por qué están haciendo esas caras? ¿Saben quiénes murieron hoy? Musulmanes, cristianos, judíos, árabes, blancos y negros. Ellos apuntaron a todos. No es una lucha entre el Islam y el occidente. Es una lucha contra todos ustedes”.

 

Por Axel Salas.

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