Imaginen por un segundo un sitio donde los mejores artemarcialistas del mundo se reúnen para demostrar qué disciplina es la más efectiva. Ahora imaginen a ocho finalistas, cada uno con un perfil físico muy diferente al otro: altos, bajitos, gordos, musculosos, en sólo calzoncillos o con un gi. Estos ocho peculiares peleadores llegan desde diferentes latitudes para enfrentarse en un torneo eliminatorio y descubrir quién es el mejor peleador del mundo.
¿Qué recuerdo se les vino primero a la mente?
Si eres un fanático de “hueso colorado” de las artes marciales sin duda pensaste en el primer UFC de 1993. Si no, es prácticamente un hecho que esta descripción te trajo a la mente el “Tenkaichi Budokai” del anime Dragon Ball, o conocido también como “el mejor torneo de las artes marciales del mundo”.
La discusión por encontrar al mejor combatiente es muy antigua, tendríamos que remontarnos a sus inicios en las épocas del pancracio griego poco más de siete siglos antes de Cristo, para luego pasar por distintas competencias de estilo libre a lo largo de Europa y Asia durante los siguientes milenios, pero nunca existió un evento para responder la siguiente pregunta, ¿quién es el mejor peleador del mundo?
Esta incógnita parecía resolverse con la invención del “Vale Tudo” (Vale Todo en portugués… ¡dah!) a principios de siglo 20 en Brasil, una modalidad de combate en la que cualquier técnica era permitida y solo estaba prohibido picar los ojos o morder. Este fue el primer acercamiento a las artes marciales mixtas, pero solo tenía un problema, no reunía a los mejores del planeta.
Mientras en la mente de los Gracie (familia creadora del Vale Tudo y pionera de las MMA) trataban de descifrar un sistema para el mejor torneo de artes marciales en el mundo, en la mente de un genio japonés del anime esto ya estaba planeado.
Akira Toriyama es el creador de Dragon Ball, quizá la serie japonesa de mayor fama en el mundo. Desde 1984 con la publicación del primer manga contaba la historia de Gokú, un pequeño niño huérfano y con cola de mono al cual le encantaban las artes marciales y la comida. Ciertos acontecimientos lo llevan a buscar las esferas del dragón, objetos mágicos que pueden cumplir deseos, en esa travesía descubre que existen diferentes estilos de combate en el mundo, lo cual incrementa su hambre de aprender diferentes disciplinas.
Todas estas aventuras nos llevan al año 1986, con la aparición del volumen 3 de la serie que llevaba el título de “¡Comienza el Tenkaichi Budōkai!” en Japón. En el, Gokú llega a un torneo de artes marciales con pocas reglas y que servía para determinar quien era el mejor del orbe. Este torneo se convirtió en piedra angular de la franquicia que hasta 2008 era el manga de mayor venta en el país del sol naciente.
Esta ficción tomó forma en el mundo real siete años después. La familia Gracie organizó un evento en Denver, Colorado, donde reunió a los ocho de los mejores combatientes en diferentes disciplinas de artes marciales. Mediante eliminación directa y tras siete combates se llegó a un resultado, Royce Gracie fue el ganador del torneo llamado “The Ultimate Fighter” (UFC) llevando al jiujitsu al foco internacional de los deportes de combate.
Han pasado 23 años desde este primer intento, hoy el UFC es la compañía líder de las artes marciales mixtas en el mundo y valuada en más de 4 billones de dólares (según la venta hecha por los hermanos Fertitta, ex dueños de la empresa, en este mismo año).
Las similitudes entre el torneo de la serie japonesa y el de la compañía norteamericana son varias. En el universo creado por Toriyama un peleador gana cuando su rival no se levanta de una cuenta de 10 o se rinde, muy similar a los nocauts y “tapout” de las MMA. La diferencia recae en salirse de la plataforma del torneo es contado como una descalificación, ya que los peleadores en el mundo real no pueden salirse de la jaula.
Si, nunca hemos escuchado a un Dana White (presidente de la compañía), Helio Gracie (pionero del Vale Tudo), Royce Gracie (primer campeón del UFC) o Lorenzo Fertitta (antiguo dueño de la compañía) decir que se inspiraron en el Tenkaichi Budokai como esquema de negocios, pero sí es innegable la influencia que la serie ha tenido alrededor del deporte o hasta en la vida de los peleadores.
Ronda Rousey, ex campeona y máxima figura femenina del UFC, es fanática confesa de la serie. El peleador Marcus Brimage sube a la ceremonia del pesaje con un rastreador como el que utilizan los Saiyajines. El paraguayo César ‘Gokú’ Arzamendia utiliza la canción de DBZ como su tema de entrada para el UFC 201. Roxane Modafferi, peleadora de Invicta FC y quizá la cosplayer más grande del deporte, utiliza el estilo “Super Saiyajin” en sus peleas (según sus palabras). Sthepen “Wonderboy” Thompson, contendiente de los pesos ligeros del UFC, ha dicho que su máxima inspiración es Dragon Ball Z.
Y casos como estos hay muchos. Por más que se trate de dos universos distintos, sus caminos van de la mano, tanto que ahora gracias a la bendita internet hemos visto a diferentes peleadores convertirse en “Super Saiyajin” para explotar sus habilidades.
¿Quién es el mejor peleador sobre la faz de la tierra?
Mientras en Dragon Ball sabemos que Gokú (o Kakaroto) domina las artes marciales, en nuestro mundo de mortales aún tratamos de descifrarlo.
Por. Ángel Mario Martínez
Les dejamos una colección de crossover de peleadores del UFC con influencias de Dragon Ball
Ronda Rousey convirtiéndose en Super Saiyajin
Donald Cerrone peleando como un Saiyajin de raza pura
Conor McGregor castiga a Eddie Alvarez al estilo Dragon Ball
“El cielo resplandece a mi alrededor”, suena cuando Arzamendia entra a la jaula
Rousey presumiendo su poder con playera del príncipe Vegueta