All-Star Game, un partido sin trascendencia para el basquetbol

El All-Star Game de la NBA tiene en un mismo partido a los jugadores más importantes del basquetbol. Sin embargo, la forma de selección, el descanso y el partido hacen que los cuestionamientos se hagan presentes.

Cada liga deportiva importante en Estados Unidos Unidos puede presumir tener su All-Star Game. Hace unas semanas fue el Pro Bowl, el cual reconoce a lo mejor de la NFL, y este fin de semana se desarrolló el de la NBA donde las críticas al evento no se hicieron esperar.

¿Cuál es el motor de los cuestionamientos al juego de estrellas de la NBA? En primera instancia y tal vez la más importante está en el “gran juego”, el espectáculo que cierra ese fin de semana en la NBA.

Aunque en el Este y Oeste están los mejores jugadores, la realidad es que el partido termina siendo un “show” de clavadas, jugadas de fantasía y demasiados puntos. En un juego que no existen las defensas.

“Es un evento que puedo compararlo con un Super Bowl, con los mejores jugadores de la liga, pero sin emplearse para nada”, comentó Ramón Rivas, ex jugador puertorriqueño, y para muestra el último partido.

El Oeste venció 192-182 al Este, sumando un total de 374 puntos, para convertirse en el All-Star Game con mayor puntaje de la historia. No sería extraño que para la edición del 2018 ya se alcancen los 200 puntos por equipo.

Otro factor a considerar es el sistema de votaciones para elegir a los titulares y suplentes que conformarán a los equipos. Desde 1974 y hasta el All-Star Game de 2016, los basquetbolistas eran elegidos exclusivamente por el voto de los aficionados, convirtiendo la elección en un sistema de popularidad, en vez de reconocer a los mejores verdaderamente.

Para el 2017 las reglas cambiaron y el “poder del pueblo” se vio reducido en un 50%, pues entraron a escena los propios jugadores y los medios de comunicación, con un 25% cada uno. Sin embargo, y aún con el cambio, hubo pequeñas “desgracias” en la conformación de los equipos, si consideramos que dentro de los suplentes estaba Russell Westbrook, uno de los candidatos a luchar por el MVP de la temporada y el mayor creador de triples-dobles en la temporada (27).

Por supuesto, también hay jugadores que el cambio para la reedición de este año no cayó muy bien. Carmelo Anthony, quien pudo ser parte gracias a la lesión de Kevin Love, aseguró: “no creo que los jugadores deberían votar por otros jugadores. Jugamos para los fanáticos”.

El tema del descanso también puede entrar a discusión. Si bien para los jugadores es un honor pertenecer al Juego de Estrellas, también es cierto que esos días los podrían haber pasado con sus familias, aspecto que sí realizan los basquetbolistas no llamados a la cita. “Tuve que cancelar mi viaje. Sin reembolsos”, mencionó Anthony, quien ya no logró realizar sus actividades por suplir a Love, en una situación que no tenía presupuestada.

En el mismo tenor entra el calendario de juegos. Varios de los jugadores vieron acción uno o dos días antes de que comenzaran todas las actividades programadas para ese fin de semana de la NBA, viajaron inmediatamente a la ciudad sede (New Orleans), entrenaron con personas con las que no lo hacen habitualmente y después tuvieron que regresar con sus respectivos equipos para el siguiente encuentro. Todo eso en menos de una semana.

Por si fuera poco, el ganador del encuentro termina por llevarse el reconocimiento de la gente, algunas marcas para la historia y nada más. Quizá, si el triunfador obtuviera la ventaja de recibir los primeros partidos de las finales en casa, como sucedía en la MLB, el partido sería mejor jugado, sobre todo en defensa. Algún incentivo debe haber.

No hay duda de que ese fin de semana las duelas brillan más que nunca y las grandes estrellas del basquetbol se hacen presentes, pero el juego realmente no deja mucho por rescatar. “Para el fanático que le gusta el baloncesto de verdad, puede resultar un poco monótono”, comentó Rivas y este 2017 no hubo mucho cambio en comparación al año anterior. Así que esperemos que para el 2018 las cosas cambien drásticamente.

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